Category Archives: Road movie

El mundo está loco, loco, loco

Loco, loco, loco
Loco, loco, loco

Y entonces volvimos a Asturias. De repente, sin casi aviso, una mudanza. Ya había pasado suficiente tiempo para que el penalty fuera olvidado, la familia había crecido en dos hijos más y era respetable y estable. Mi padre había demostrado su capacidad en el banco a costa de perder un poco el juicio, lamerle el culo a algún jefazo y saturarse de mala leche, y mi madre cosía trajes y vestidos entre sus quehaceres del hogar, que éramos nosotros básicamente. Habíamos comprado una casa en Oviedo pero la teníamos alquilada, y como nos pilló totalmente desprevenidos volver tan súbito antes de lo previsto, pues tuvimos que improvisar. Alquilamos otro apartamento en la ciudad, en un décimo piso, y tuve que dejar atrás la estupenda escuela de los Jesuitas en Bilbao, en la que eran tan geniales que a veces hasta nos ponían películas en el salón de actos, como si hubiera un cine de verdad en el colegio. Allí pude ver el festival Tom y Jerry, o un documental sobre la lluvia en el desierto y como el agua trae la vida, muy bonito, o la película “El mundo está Loco, loco, loco“, con la que nos meábamos de risa y hasta nos aprendimos la canción. Las películas antiguas podían ser tan buenas e incluso mejores que las nuevas películas, aunque sin los efectos especiales que tanto me asombraban, pero con calidad Technicolor e historias excelentes. La película en cuestión es una persecución frenética de un grupo fortuito de gente en busca de un supuesto tesoro. En el reparto principal salen Spencer Tracy y Mickey Rooney, pero tienen apariciones estelares Buster Keaton, Jerry Lewis y el grupo The Shirelles, entre tantos, porque es una locura de film lleno de gente que corre de un lado para otro impulsada por la codicia. La película estuvo nominada a varios Oscars, y ganó uno. Figura en las listas de las mejores comedias de todos los tiempos, probablemente porque divierte por igual a grandes y pequeños. La prueba es que se la puse en video, años después, claro, a mi hermanito pequeño, que se rió tanto que se cayó del sofá, se hizo una brecha contra la mesa y acabó en urgencias a coserse puntos, qué loco.

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